martes, 10 de marzo de 2015

CRÓNICA NOVATOS 2015

Cuentan las crónicas que allá por los días del 28 de febrero y 1 de marzo del año del Señor de 2015, los intrépidos palilleros Eldelbar, Eldelgas, Édredon, Árdor y el Hijo de la Paqui (entre otros), se adentraron en las nieblas de Mordor, para practicar el noble arte de deslizarse y darse porrazos sobre un manto blanco, también llamado esquiar.
En algún cartel que vislumbraron se alcanzaba a leer “Alto Campoo”. Y la mansión elegida para el descanso de estos aguerridos aventureros no era otra que el sin par Albergue Nando Agosti, con la inefable reina de la disciplina inglesa al frente.
La actividad pretendía llamarse “fin de semana de Novatos”, aunque alguien, con bastante buen criterio, propuso cambiarlo; pues novatos, lo que se dice novatos, era lo único que no había en esas huestes.
El sábado por la mañana comenzó con un no-cojas-más-madalenas-que-la-tuya-si-no-quieres-morir-en-el-intento. No se descartaba la presencia de francotiradores en el comedor.

Lluvia y niebla recibieron a nuestros protagonistas en la nieve. Aunque ello no impidió el placer y el disfrute (no, no se ha hablado hasta ahora de las Sombras de Grey, eso es otra película).



Alberto, Porfi e Isabel hacían las delicias y provocaban las envidias del resto del personal. Sara tuvo sus más y sus menos con la niebla. Juanjo, Celia y Silvia no dejaban a Lurdes ni a Isa, que asombraron por la progresión observada en estos días. A Iñaki, Javi, Juanma, Reina, Jesús y Ramón cuentan que no se les quitó la sonrisa de la boca ni un minuto.
Como no es plan de hacer perder a estos guerreros su fama de seres duros y resistentes, no contaremos que se ducharon (y, además, con agua caliente). Por lo que pasaremos directamente a relatar la actividad vespertina: volvieron a la entrada de la estación de esquí para observar en directo la salida de una carrera de esquí de travesía. Vamos, que allí había unos dos centenares de seres humanos sobre dos esquís, preparados para subir por la noche a la zona alta de la estación, corriendo como si llevaran un pitbull junto a sus posaderas.


Por la noche, el equipo de La Corza Blanca se esforzó en saciar el hambre de estas mesnadas.


El domingo amaneció con sol y despejado. Respetó hasta mediodía, cuando se empezó a meter la niebla, lo que propició que en las últimas bajadas se comentara que el esquí a ciegas tenía su lado interesante….


Un fin de semana que llenó las pilas de todos los participantes.



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